PREGUNTAS SOBRE EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH)
Las
características más comunes de un niño con TDAH se resumen en las siguientes:
-
Dificultad para prestar atención.
-
Falta de atención hacia los detalles. Comete
errores por descuido.
-
Se distrae fácilmente.
-
Pierde los materiales escolares. Se olvida de
entregar cosas.
-
Dificultad para estudiar.
-
Impaciencia.
-
Impulsividad.
-
Es inquieto.
-
Dificultad para mantenerse sentados. Se mueve
mucho.
-
Parece que siempre tiene que estar haciendo
algo.
-
Interrumpe o se entromete en la conversación o
en los juegos de otros.
Este trastorno
suele afectar en las relaciones con el resto de la clase. Sus características
fomentan a la larga, relaciones pobres con los compañeros y deterioro en la
competencia social. Es muy importante trabajar este aspecto.
A la pregunta
sobre el pronóstico a largo plazo y los resultados de una intervención precoz
del TDAH, la especialista comenta que parece que no existe un único pronóstico.
Puede ser que en la edad adulta funcionen bien, o tengan una psicopatología
importante o simplemente que todavía manifiesten algunas dificultades en
concentración, control de impulsos y funcionamiento social.
Los retrasos en
el reconocimiento, la valoración y el tratamiento del TDAH pueden afectar
negativamente en la calidad de vida de estos niños. Es importante su detección
temprana.
La profesional
opina que no es imprescindible la evaluación psicopedagógica en el diagnóstico
de los niños con TDAH, pero sí es útil para valorar las dificultades y el
estilo de aprendizaje y así establecer los objetivos de la intervención
educativa.
El diagnóstico
del TDAH en niños y adolescentes piensa que es exclusivamente clínico. Debe
realizarse por un facultativo con entrenamiento y experiencia en el diagnóstico
del TDAH.
El diagnóstico
se hace mediante entrevistas clínicas a padres, paciente, revisión de
antecedentes familiares y personales y exploración física.
En cuanto a las
herramientas de evaluación psicopedagógica recomendables nos hace referencia a:
-
Escala de valoración para padres.
-
Escala de valoración para el maestro.
-
Escala de autovaloración del autocontrol.
-
Escala de desórdenes de Déficit de atención.
-
Inventario de problemas conductuales y destreza
social.
-
WIPPSI, WISC-R (escala de inteligencia).
-
Entre otras.
Centrándonos en
la intervención psicopedagógica nos comenta que los niños con TDAH precisan de
un programa de intervención individualizado en la escuela que incluye aspectos
académicos, sociales y conductuales.
Los programas en
el colegio para el niño con TDAH implican a la mayor parte del profesorado para
facilitar su eficacia. Pueden incluir:
-
Adaptaciones en el aula:
·
Manejo de auto-instrucciones.
·
Sentarlos delante.
·
Adaptaciones curriculares (si son necesarias).
-
Técnicas de modificación de la conducta.
-
Estrategias del manejo del TDAH en el aula
(aplicación de normas y límites, presentación de tareas, sistemas de evaluación
distintos para estos niños, etc.).
Referente a la
modificación de la conducta, expone que se refiere a la utilización de
principios básicos del aprendizaje con el propósito de enseñar nuevas conductas
o de motivar cambios de comportamiento. Puede utilizarse para reducir o manejar
la inatención, la impulsividad y la hiperactividad pero no para “eliminarlos”.
Se usa para modificar problemas de conducta asociados al trastorno (negarse a
cumplir normas y reglas establecidas, desobedecer, molestar a los demás,
cumplir responsabilidades en casa y terminar tareas escolares). Para ello es
necesario un ambiente estructurado, dar mandatos efectivos, establecer
prioridades, definir conductas a modificar, manejar correctamente las
consecuencias positivas y las consecuencias negativas que las conductas tendrán
en el niño. También podemos usar un sistema de puntos, que después se cambiarán
por alguna recompensa establecida previamente. Para los pequeños funciona bien
el uso de gomets de color o pegatinas para conseguir algo que deseen.
La última
pregunta de la entrevista hacía referencia a si el tratamiento educativo de un
niño medicado era el mismo a un niño que no lo estuviera. Nieves nos ha
contestado que en un principio sí, pero depende de cada caso. Hay niños que
empiezan la medicación y su mejoría es evidente. Pero se siguen las estrategias
con ellos.
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